Consejos de tu pediatra


Cosas del bebé

El chupete es considerado un utensilio muy útil puesto que además de ayudar al niño a conciliar el sueño, le tranquiliza cuando está inquieto o siente cualquier molestia y le satisface a la vez su deseo innato de mamar. Por otra parte ciertos estudios han relacionado su uso durante el sueño con la disminución del riesgo de muerte súbita del lactante. Veamos a continuación cuáles son las principales preguntas que se hacen los padres:

  • ¿Cuándo debe empezar a utilizarse el chupete? No se recomienda ofrecer el chupete antes de la tercera semana de vida ya que puede interferir en su aprendizaje del amamantamiento. En cambio, si tu bebé es alimentado con leche adaptada puede disfrutar del mismo desde el primer día.
  • ¿Qué chupete le compro? Existen en el mercado múltiples variedades de chupetes, ahora bien antes de elegir cualquiera de ellos hay que tener en cuenta que el mismo se adapte bien a la boca de tu bebé (provocando su mínima apertura), no ejerza presión sobre su paladar y procurar, en lo posible, que se adapte a la forma de la lengua. A la vez para que el chupete cumpla con las normas de seguridad es conveniente sea de una sola pieza, sus  bordes sean redondeados, lleve una anilla que permita extraerlo de la boca en un momento determinado, tenga una tetina menor de 3,3 cm, una base de al menos 4,3 cm. y además posea orificios laterales antiahogo para así facilitar la correcta respiración.
  • ¿Son seguras las cadenitas para los chupetes? Las cadenitas homologadas son las únicas consideradas como completamente seguras. Hay que adquirir pues una cadenita homologada, que sea corta, resistente y que no pueda desmontarse en piezas pequeñas. A la vez es conveniente no usar nunca imperdible alguno para sujetarlo ni colocarla  alrededor del cuello cuando tu hijo se disponga a dormir o empiece a gatear.
  • ¿Cómo debo lavar el chupete? Al principio el chupete debe esterilizarse cada dos días, luego es suficiente simplemente limpiarlo con agua y jabón.
  • ¿Cada cuánto hay que cambiar el chupete? Es conveniente reemplazar el chupete una vez cada uno o dos meses (lo ideal es tener dos o tres chupetes y utilizarlos  alternativamente). Es a la vez recomendable supervisar siempre usarlo su integridad.
  • ¿Es correcto mojar el chupete en azúcar para calmar al bebé? El hecho de que tal práctica pueda dar lugar a la aparición de caries dental hace que tal maniobra se considere totalmente desaconsejada.
  • ¿Cuándo debo prescindir del chupete? A partir de los seis meses (momento en que cesa la necesidad de succionar) hay que restringir el uso del chupete utilizándolo solamente y en caso necesario para conciliar el sueño. Normalmente se considera que a los dos años  es cuando se debe intentar que el niño abandone el chupete  mediante estímulos positivos, como por ejemplo sustituyéndolo por un juguete o haciéndole entender que ya es “mayor” para hacer uso del mismo. No es recomendable recurrir a castigos ni a amenaza alguna.
  • ¿El chupete deforma los dientes y afecta al habla? Parece ser que el uso del chupete en niños por encima de los dos años de edad puede provocar cierto desplazamiento del maxilar superior así como algún trastorno en el acto de masticar y en el habla (pronunciación).
  • ¿Es cierto que los bebés que usan chupete son más propensos a padecer infecciones de oído? Efectivamente tales procesos en estos casos son debidos a que el uso del chupete puede dar lugar a un aumento en la producción de saliva.

Debido a que la cuna es el lugar donde el niño pasará más tiempo en sus dos o tres primeros años de vida es por lo que hacer una buena elección de la misma contribuirá a su bienestar y seguridad. Veamos algunas recomendaciones importantes respecto a sus características, ubicación y complementos de la misma.

  • La cuna debe estar fabricada con materiales no tóxicos. Por otra parte sus ángulos deben ser redondeados para evitar que el bebé pudiera lesionarse y la vez, por lo que respecta a su seguridad, cumplir la normativa europea sobre las mismas en todos sus aspectos.
  • El espacio entre sus barrotes debe oscilar entre los 4,5 y 7,5 cm  (para que la cabeza del bebé no pueda quedar atrapada entre ellos).
  • La altura entre el borde superior de la cuna y la base del colchón debe ser como mínimo de 60 cm no debiendo superar los 10 cm en caso de que el lateral  móvil de la misma esté bajado.
  • El somier de la cuna debe ser sólido, rígido e indeformable.
  • El colchón de la cuna debe ser rígido y quedar completamente ajustado contra sus laterales para que no quede hueco alguno por donde el niño pueda deslizarse.
  • Durante el primer año de vida y especialmente durante los primeros meses, el niño no debe dormir con almohada para evitar el riesgo de asfixia. Además, debido a que el cuello del bebé es más bien corto se encontrará más cómodo durmiendo sobre una superficie plana. A partir de los dos años es cuando ya puede colocarse una almohada procurando que no sea ni muy grande ni muy blanda (son preferibles aquellas de fibra sintética). Deben evitarse las almohadas de pluma o lana y aquellas fabricadas para los adultos.
  • La cuna no debe estar ubicada en un lugar expuesto a corrientes de aire (p. ej.: junto a una puerta, en una habitación con aire acondicionado) junto a algún foco de calor (p. ej.: radiadores), luz directa (p. ej. ventanas), o debajo de elementos colgantes tales como estanterías, cuadros, etc.) Es muy importante que la cuna sea visible desde fuera de la habitación con solo mantener la puerta entre abierta.
  • Cuando el niño empieza a ponerse de pie es preciso rodear la cuna de cojines con el fin de amortiguar los golpes en caso de que el niño se suba a los laterales de la misma y se caiga al exterior.
  • Nunca debe acostarse al niño en la cuna boca abajo por el peligro de muerte súbita.
  • Nunca debe dejarse al niño solo con el lateral de la cuna bajada.
  • Los juguetes u objetos situados encima de la cuna (estanterías) deben estar completamente seguros en cuanto a su estabilidad, debiéndose prescindir de ellos cuando el bebé ha cumplido cinco meses o cuando ya se sienta en la cuna.
  • Es conveniente colocar los típicos protectores o chichoneras rodeando por completo la cuna.
  • Hay que asegurar las sábanas de la cuna con pinzas elásticas, para impedir que el niño se destape y por  el peligro de asfixia que pueda ello suponer si las mismas no están  bien sujetas.
  • No calentar las sábanas estando el niño dentro de la cuna mediante bolsas de agua caliente o mantas eléctricas.
  • Las sábanas de la cuna deben estar siempre bien ajustadas al colchón. Nunca hay que utilizar sábanas para camas de adultos.
  • Para evitar picaduras de insectos es útil colocar una mosquitera.
  • Si se decide utilizar una cuna de segunda mano es preciso asegurarse de que está en buen estado de conservación y cumpla las normativas europeas actualmente vigentes. A la vez es imprescindible comprar un colchón nuevo.

La sillita, el cochecito o las mochilas portabebés son utensilios muy útiles para trasladarnos con el bebé de un lugar a otro o simplemente para salir de paseo; pero para elegir entre ellas es conveniente conocer bien qué ventajas nos ofrecen cada uno de ellos.

El cochecito

El cochecito es el protagonista de las grandes siestas de los bebés, ya que no sólo le permite pasear sino también dormir cómodamente. A la vez dado de que el cochecito es uno de los utensilios que se utilizará durante más tiempo es importante asegurarse de que el modelo que vamos a elegir es el más adecuado. Así pues comprobaremos principalmente que sea fácil de manejar y que cumple todas las normas de seguridad exigidas. También existe la posibilidad de   elegir un cochecito convertible, ya que su chasis se adapta tanto al capazo como a la sillita y de este modo ir adaptándolo a la edad y las necesidades del niño.

Sillas de paseo

Aunque la silla de paseo es más práctica y ligera que el cochecito, no debe caerse en la tentación de usarla demasiado pronto, ya que no es adecuada para las características del bebé hasta que éste ya se aguanta sentado y es capaz de mantener la cabeza erecta (aproximadamente a los 5 o 6 meses de vida).

Tanto a la silla de paseo como al cochecito se le pueden añadir algunos complementos muy prácticos tales como sombrilla para el sol, un plástico, un paraguas o burbuja para la lluvia y una bolsa para llevar las cosas más imprescindibles (pañales, biberón, muda, etc.) que pudieran necesitarse en un momento determinado.

Mochilas portabebés

La mochila portabebés es un utensilio que permite transportar al bebé pegado al cuerpo de manera cómoda y segura. Esta posición tiene la gran ventaja de que permite establecer un estrecho contacto físico y visual con el bebé lo que le hace sentirse protegido y con una agradable sensación de bienestar. Por otra parte, los padres, además de beneficiarse del contacto físico, tienen gran libertad de movimientos por lo que pueden hacer muchas otras cosas mientras acarrean al niño a cuestas. De entre ella existen varios modelos:    

  • Las mochilas ventrales o frontales (también conocidas como canguritos)  son   aquellas en las que el bebé se coloca en la parte frontal, es decir, sobre el tórax. Estas mochilas tienen la ventaja de que pueden utilizarse desde que el bebé nace (con un peso 3,5 kg) hasta más o menos los 12 meses cuando el niño alcanza 10 kg de peso.
  • Las mochilas dorsales o de espaldas con armazón de aluminio, plegables y de tejido lavable impermeable. Son útiles a partir de los 7-8 meses, es decir, cuando el niño ya se sienta y mantiene la cabeza erguida.
  • Las bandoleras permiten llevar al niño dejando las manos de la mamá libres. Se pueden utilizar nada más nacer colocando al bebé en posición tumbada, o sentada cuando el bebé ya se sienta y mantiene su cabeza erguida.
  • El fular es un pañuelo de tela gruesa de algodón o un simple pareo que se enrosca al cuerpo del padre o de la madre. El hecho de quedar el peso del bebé repartido sobre el cuerpo del portador permite ser utilizado en largos paseos. El fular puede utilizarse a partir de los 6 meses.